Es uno de los procedimientos legislativos especiales recogidos en el capítulo III del Reglamento y se aplica a la tramitación de aquellos proyectos y proposiciones de ley cuya especial naturaleza o simplicidad de formulación así lo permitan. Se caracteriza por la apertura de un plazo común de enmiendas a la totalidad y al articulado, y por la omisión de los debates en ponencia y en comisión. La iniciativa y, en su caso, las enmiendas presentadas se debaten y se votan directamente en el Pleno de la Cámara (artículo 148 RPC). El objetivo es acelerar la aprobación de una ley.
